- Jesús se queda en el templo: Lucas 2:41-45.
- Jesús es hallado en el templo: v. 46-50.
- Vida de Jesús en Nazaret: v. 51-52.
Explicación y enseñanza
Se habla poco de la infancia y de la juventud del Señor. Permanece velada. Sólo aquí se descorre por única vez el velo y vemos el esplendor de la luz del sol, habitualmente oculta.
Cada varón israelita estaba obligado a ir tres veces por año a Jerusalén (Deuteronomio 16:16). A la edad de doce años, cada muchacho llegaba a ser un «hijo de la ley» y tenía el derecho de participar de la fiesta. ¡Qué gozo debió de ser para el Señor poder asistir él también! —¡Uno se imagina el viaje! Cada vez más peregrinos se unían a la multitud y, unánimes, entonaban cantos de alabanza y salmos con la alegre muchedumbre que atravesaba la hermosa región—. Con sus preguntas y respuestas, Jesús enseñaba aun a los escribas (Isaías 11:1-2). ¡Qué bien preguntó y respondió el Señor! Pero no predicó. Era demasiado joven para eso.
Aquí mencionó por primera vez la relación entre él y el Padre. La expresión: “¿No sabíais...?” quiere decir: Debo ocuparme “en los negocios de mi Padre”. No eran los palacios y los jardines de Jerusalén los que atraían su corazón, sino “la habitación” del Padre y su Palabra (Salmo 26:8; 84:1-2; 119:97-99 y 111). ¡Qué hermosa es también la obediencia hacia sus padres y qué ejemplo para todos los niños! (Colosenses 3:20).