En la epístola a los Romanos, encontramos al hombre tal como es, sin impedimentos; vemos el estado que ha alcanzado. Luego, aprendemos cómo es justificado. En la epístola a los Corintios, hallamos al hombre mundano; en la de los Gálatas, al hombre legal; en la de los Colosenses, al hombre religioso acompañado de racionalismo y ritualismo; en la de los Hebreos, al hombre terrenal. Despojémonos del hombre y todo está dicho.