El ayer de Jesús fue el día del cumplimiento de la redención; el día de “Su dolor”; “los días de su carne” (Lamentaciones 1:12; Hebreos 5:7); “el día de Su angustia”; el día de Su cruz (Salmo 59:16; Colosenses 1:20).
El hoy de Cristo es el día de la actividad de su gracia: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:7-8). “Hoy se ha cumplido esta Escritura”. “Hoy ha venido la salvación a esta casa”. “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 4:21; 19:9; 23:43). Hoy prepara Cristo a la Iglesia, la edifica, la ayuda a tejer su vestido de boda (Apocalipsis 19:8).
Pero, Su «mañana» será el día de su gloria, “el día del gozo de su corazón” (Cantares 3:11) el día de “las bodas del Cordero” (Apocalipsis 19:7), del gozo eterno: “por los siglos de los siglos” (2 Timoteo 4:18).