Creo en la ruina del testimonio que ha sido confiado a nuestra responsabilidad en la Iglesia, pero creo que Cristo está allí donde dos o tres están congregados en su nombre. Tengo fe en Dios con respecto a esto, una débil fe frente a todo tipo de dificultades, pero tengo fe en Dios. Nunca vi que él dejara de responder a aquellos que confían en él. La obediencia es el sendero del poder, no de un poder aparente. Tenemos a Dios con nosotros. También tenemos poca fuerza, sin negar el nombre de Cristo, guardando la Palabra de su paciencia. Esto es lo que debemos buscar ahora, no una fuerza aparente, sino obediencia, gracia y unión en la dependencia de Cristo, esperándolo a él y esperando como él espera. Cuando estas cosas se encuentran, habrá un testimonio, y esto justamente el mundo no lo puede comprender: la incapacidad es la debilidad en la cual se despliega el poder de Cristo, manteniendo lo que es tan débil.