Los milagros del Señor Jesús /32
Juan 5:1-18
“Lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo…” (Romanos 8:3). Estas palabras del apóstol Pablo declaran inequívocamente la impotencia total de la ley para ayudar al hombre arruinado, y la absoluta necesidad de la intervención del Hijo de Dios.