1. ¿Qué es un cristiano y cómo se llega a ser uno de ellos?
a) ¿Qué es un cristiano?
1) Aquel que pertenece a Cristo
La palabra “cristiano” se encuentra por primera vez en Hechos 11:26: “… a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”. Este nombre fue dado por el mundo a quienes reconocieron a Jesucristo como Salvador y Señor, y le siguieron. A estos se les identificó con el Cristo rechazado y crucificado. Un cristiano es un “hombre de Cristo”, alguien que pertenece a Cristo. Así 1 Corintios 15:23 habla de “los que son de Cristo, en su venida” y en Juan 13:1 el evangelista habla de los creyentes como “los suyos”, a quienes el Señor amó hasta el fin. ¡Qué maravilloso privilegio es pertenecer al glorioso, perfecto y eterno Hijo de Dios e Hijo del Hombre, Cristo Jesús!
2) Aquel que es nacido de nuevo
Un cristiano es aquel que es nacido de nuevo por el Espíritu Santo. Leemos en Juan 3:3-5: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios... el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Se trata de un nacimiento espiritual en la familia de Dios por la obra del Espíritu Santo. “Renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios” (1 Pedro 1:23).
Un nacido de Dios ha recibido una nueva naturaleza que ama a Dios y aborrece el pecado. Este es “el nuevo hombre, creado según Dios en justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:24). Ha sido hecho “participante de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4). Entonces, un cristiano es aquel que es nacido de nuevo y posee una nueva naturaleza, divina, que no puede pecar (1 Juan 3:9).
3) Una persona convertida
El Señor dijo: “Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Convertirse significa cambiar, y uno que es nacido de nuevo por el Espíritu de Dios experimenta una conversión o cambio moral. Esto prueba la verdad de 2 Corintios 5:17: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
4) Un hijo de Dios
Un cristiano es un hijo de Dios por el nuevo nacimiento y la fe en Jesucristo. “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26). Conoce entonces a Dios como su Padre, de tal manera que el apóstol Juan escribió: “Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre” (1 Juan 2:13). ¡Ciertamente este es un maravilloso privilegio!
5) Alguien en quien mora el Espíritu Santo y que es guiado por Él
Además de ser nacido de nuevo y de tener una nueva naturaleza, un cristiano recibe el Espíritu Santo de Dios, el Consolador y Maestro divino. “El Espíritu de verdad... mora con vosotros, y estará en vosotros” (Juan 14:17). “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios…?” (1 Corintios 6:19). “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14). “Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!” (Gálatas 4:6). Este Espíritu que mora en el creyente le da los afectos de un hijo de Dios y la conciencia que Dios es su Padre, dando “testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16).
6) Alguien que tiene la certeza del perdón de sus pecados y de la vida eterna
El creyente nacido de nuevo en Cristo sabe que sus pecados son perdonados y que tiene la vida eterna. “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre” (1 Juan 2:12). “De éste (Jesús) dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:43).
La Palabra de Dios y el Espíritu de Dios en el creyente le aseguran que “Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo” (1 Juan 5:10-13). Así, un cristiano es aquel que tiene la bendita seguridad del perdón de sus pecados y la vida eterna. Es posible que, aún siendo un creyente en Cristo, le falte esta seguridad y necesite ayuda al respecto. Pero, tal seguridad es la verdadera posesión de un cristiano.
Tales son algunas de las características esenciales de un cristiano. ¿Son verdades vivas en usted? Si no, tal vez necesite ayuda en cuanto a cómo llegar a ser un verdadero cristiano, por lo cual, a continuación, pasamos a considerar este tema.
b) ¿Cómo llegar a ser un cristiano?
1) El arrepentimiento para con Dios
El arrepentimiento es necesario para convertirse en un cristiano. El Señor dijo: “Arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15), y mandó “que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones” (Lucas 24:47). El apóstol Pedro predicó: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados”, y el apóstol Pablo testificó a judíos y a gentiles “acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”, y “que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento” (Hechos 3:19; 20:21; 26:20).
El arrepentimiento es un cambio de mentalidad, una completa transformación de la actitud interior hacia sí mismo, hacia el pecado, hacia Dios, hacia Cristo y hacia el Evangelio. Se trata de renunciar a su propia opinión, aceptando el pensamiento de Dios según es revelado en el Evangelio. Alguien podría pensar que es un cristiano porque ha tratado de vivir una vida recta, pertenece a una iglesia, ha sido bautizado y hace obras religiosas. Sin embargo, ninguna de estas u otras cosas similares jamás hará de alguien un verdadero cristiano nacido de nuevo. Por eso debe haber un cambio de pensamiento acerca de todo esto. Es necesario venir ante Dios como un pecador arrepentido y creer en Cristo como su Salvador para convertirse en un verdadero cristiano.
2) Recibir a Cristo como su Salvador personal
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad (autoridad) de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Para convertirse en un cristiano se debe recibir a Cristo por la fe en el corazón como el enviado de Dios y como su Salvador personal. Al igual que Zaqueo en el pasado, uno debe “descender” y recibir a Jesús gozoso (Lucas 19:6).
3) La confesión con la boca, la fe y la obediencia del corazón
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10). Si usted confiesa a Jesús como su Señor y cree en su corazón que él “fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (4:25), la Palabra de Dios le asegura que es salvo. Obedezca “de corazón” al Evangelio de la salvación en Cristo y será libertado del pecado y será un hijo de Dios (6:17-18).
4) Salvados por la gracia y no por las obras
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). Acepte el don de Dios de la salvación gratuita mediante la fe en Jesucristo, y será un verdadero cristiano según la Biblia.