“Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,
que anuncio lo por venir desde el principio”
(Isaías 46:9-10)
1. Introducción
“En el principio”
El vocablo Génesis significa origen o principio. Este título del primer libro de la Biblia procede de la versión griega del Antiguo Testamento. El título en hebreo es simplemente “en el principio”, de conformidad con las primeras palabras del libro. Génesis es el libro de los principios, y constituye el fundamento de toda la revelación de Dios. En él, efectivamente, se encuentra el principio de todas las cosas: el origen de la vida, de los cielos y la tierra, del hombre y del mundo en que vive.
Los capítulos 1 a 11, en particular, contienen numerosos principios importantes que han dejado su huella en la historia del mundo y que seguirán conservando toda su vigencia hasta el fin de los siglos. Varios términos y expresiones contenidos en estos primeros capítulos de la Palabra de Dios vuelven a aparecer en los últimos capítulos, en el libro del Apocalipsis, el cual describe los propósitos finales de Dios con respecto a la tierra y a la humanidad.
Después de describir la más vieja historia de la humanidad y de llegar a la construcción de la torre de Babel, el autor del libro concentra su atención en los orígenes de Israel, el pueblo elegido de Dios y depositario de Su revelación en un mundo que se había apartado de Él para servir a los ídolos.
Contenido y estructura del Génesis
El libro, al parecer, comprende diez genealogías, como se puede advertir por la palabra hebrea “toledoth” que aparece diez veces en Génesis y que es traducida en la versión Reina-Valera mediante las expresiones siguientes: “éstas son las generaciones de”, “éste es el libro de las generaciones de”, “está es la historia de la familia de”, “éstos son los descendientes de” o “éstos son los orígenes de”. Seis veces se trata claramente de genealogías: la de Adán (5:1), la de los hijos de Noé (10:1), la de Sem (11:10), la de Taré (11:27), la de Ismael (25:12) y la de Esaú (36:1).
Indudablemente, esto es muy importante, puesto que presenta el alba de la historia del hombre dentro de un notable marco histórico, lo cual también es confirmado por las numerosas referencias del Nuevo Testamento a los once primeros capítulos del Génesis. El mensaje de la Biblia se basa en hechos concretos, no en leyendas o cuentos populares. En Génesis 2:4; 6:9; 25:19 y 37:2, encontramos todavía otras cuatro veces la misma fórmula “toledoth” empleada en relación con los orígenes de los cielos y la tierra, con la historia o genealogía de Noé, de Isaac y de Jacob.
Siete biografías
Aparte de esta división en genealogías, se pueden discernir también siete biografías (unas más cortas y otras más largas): la de Adán (Génesis 1-3), la de Abel y Set, su reemplazante (cap. 4-5), la de Noé (cap. 6-10), la de Abraham (cap. 11-25), la de Isaac (cap. 26-27), la de Jacob (cap. 28-36) y la de José (cap. 37-50).
Los temas principales de estas siete biografías tienen su paralelo en el prólogo del primer capítulo y en los seis días de la creación. La biografía de Adán, junto con el relato de la creación, la caída y la maldición, corresponde a Génesis 1:1-2 (el buen principio, seguido por el caos y la ruina). La biografía de Abel y de su reemplazante Set, en contraste con la de Caín y su descendencia, corresponde a Génesis 1:3-5 (la separación de la luz y las tinieblas). La biografía de Noé y de sus descendientes corresponde a Génesis 1:6-8 (la separación de las aguas, de las naciones respectivamente).
Así, pues, el primer capítulo del Génesis presenta el plan general de Dios con respecto a la creación, a la humanidad y al creyente individual. Este plan culmina con el advenimiento del soberano, del que regirá el mundo (Adán, José y Cristo, el segundo Adán), y con el reposo sabático del reino venidero. En lo que toca a nuestra vida de fe, el propósito de Dios es que el nuevo hombre, Cristo, el segundo Hombre del cielo, sea formado en nosotros, así como también que entremos en el reposo de Dios (Gálatas 4:19; Efesios 4:13; Hebreos 4:1-11).