Apendice
(véase también las tablas más abajo)
Los siete días de la creacion en Génesis 1 y 2:
0. El principio original, seguido por el caos y las tinieblas.
1. Dios dice: “Sea la luz” (Génesis 1:3). Separa la luz de las tinieblas.
2. Dios separa las aguas debajo de la expansión de las aguas que están sobre la expansión.
3. Dios hace surgir la tierra seca y junta las aguas en un lugar. La tierra produce hierbas, plantas y árboles frutales.
4. Dios hace las dos grandes lumbreras para que gobiernen el día y la noche, y también las estrellas.
5. Dios hace que las aguas produzcan seres vivientes, y crea también las aves según su especie.
6. Finalmente, aparece el hombre: la corona de la creación de Dios y el soberano de todas las obras de Sus manos.
7. La obra de la creación finaliza en el descanso del séptimo día, el sábado, que es santificado y puesto aparte por Dios de los otros días. No se hace mención de la tarde o de la mañana del día séptimo.
para ser comparado con:
Las siete biografías en el libro del Génesis:
0. La vida de Adán: su creación y caída; su expulsión de Edén.
1. La vida de Abel en contraste con la de Caín. El linaje fiel de Set (sustituto de Abel), en oposición al linaje infiel de Caín.
2. La vida de Noé, totalmente caracterizada por las “aguas”.
3. La vida de Abraham, llamado fuera del mundo idólatra de las naciones, para servir al Dios verdadero y llevar fruto para Él.
4. La vida de Isaac, el hijo de la promesa, quien es guiado por principios divinos y bendecido en Canaán.
5. La vida de Jacob, que transcurre, no en la tierra prometida, sino entre los pueblos extranjeros. Sin embargo, su vida se rige por principios divinos y celestiales.
6. La vida de José, el hijo amado de Jacob. Después de su profunda humillación, es exaltado al alto cargo de virrey y salvador del mundo.
El plan de la salvación a través de las edades
0. El período de la inocencia en el paraíso, que termina con la caída del hombre.
1. El tiempo que va desde la caída por el pecado hasta el diluvio, en el cual el hombre caminó a la luz de su conciencia.
2. La época del gobierno humano, desde el diluvio hasta la construcción de la torre de Babel, después de la cual las naciones fueron esparcidas en la tierra.
3. El tiempo de los patriarcas, los herederos de la promesa, y del pueblo de Israel bajo la ley, que separó al pueblo de Dios de los gentiles (las “aguas”) a fin de que lleve fruto para Él.
4. El período actual de Cristo y la Iglesia, la cual se sentó con él es en los lugares celestiales y refleja la luz divina en la tierra.
5. El período de la gran tribulación después del arrebatamiento de la Iglesia, durante el cual los que anuncian el Evangelio del reino recogerán gran multitud de “peces” del mar de los pueblos y las naciones (Mateo 13; Apocalipsis 7), y Dios bendecirá también a “los santos del Altísimo” (Daniel 7:22).
6. El período del reino milenario, cuando todas las cosas se sujetarán a Cristo, el postrer Adán. Así como José recibió una esposa pagana, así también Cristo tiene por esposa a la Iglesia, la cual se halla compuesta principalmente por creyentes gentiles y comparte Su gloria real.
7. Al reino de Cristo le seguirá el estado eterno, cuando Dios sea todo en todos (1 Corintios 15:24-28). Éste es el descanso del sábado eterno.
para ser comparado con:
El crecimiento del creyente hacia su madurez espiritual
0. El pecador se da cuenta de su condición pecaminosa por la obra del Espíritu Santo en su corazón.
1. Dios ilumina el oscurecido corazón del hombre con la luz del Evangelio, y separa la vida nueva de la vieja (2 Corintios 4:6).
2. En la vida del creyente, Dios divide las cosas celestiales de las cosas de aquí abajo (véase Romanos 7).
3. Dios separa a los suyos del mundo. El pueblo de Dios se halla en el terreno de la resurrección, que no cesa de dar fruto, el fruto del Espíritu (Salmo 1:3; Gálatas 5:22; 6:8; Filipenses 1:11).
4. El cristiano vive en la luz de Dios. Cristo es la gran Lumbrera que gobierna su vida, y el creyente refleja la luz de Cristo en un mundo de tinieblas (Efesios 5:14; Filipenses 2:15).
5. Las pruebas en la vida del creyente, la agitación de las aguas, tienen como meta llevar fruto para Dios en los tiempos difíciles (Romanos 5:3). El corazón se eleva al cielo con las alas de la fe.
6. El propósito de Dios para sus hijos aquí en la tierra es que sean hechos conforme a la imagen de su Hijo. Cristo debería ser formado en nosotros. Luego, creceremos hasta llegar a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Romanos 8:29; Gálatas 4:19; Efesios 4:13).
7. Por la fe en Cristo, tenemos paz para con Dios; pero también gozamos de la paz de Dios y de la paz de Cristo (Mateo 11:29; Juan 14:27; Romanos 5:1; Filipenses 4:7). De este modo, entramos en el reposo de Dios (Hebreos 4:1-11).